EDITORIAL "EL DEBER"
El presidente Evo Morales coincidió con algunos empresarios, transportistas y gremialistas que denuncian “abusos” de parte de las autoridades a cargo de la cobranza de los impuestos. El presidente usó esa palabra también. La explicación del vicepresidente Álvaro García Linera es que, quizá, los funcionarios a cargo de los cobros se proponen cumplir con las metas mensuales fijadas por el Ministerio de Economía para las recaudaciones. Y el presidente, entrevistado por un canal de TV, dijo que ha pedido a ese ministerio que revise esa situación para corregir los excesos que pudieran haberse dado.
Estas declaraciones del presidente y del vicepresidente dan la razón a quienes han estado denunciando los “abusos”, comenzando por los transportistas, los cañeros, grandes y pequeñas empresas, todos afectados por un sistema que aplica multas desproporcionadas.
Una marcha de los cañeros fue suspendida después de que el Gobierno ofreció analizar la situación y recibir a sus dirigentes para analizar la crisis. También los transportistas están en la sala de espera. Y los grandes empresarios. En cuanto a los pequeños empresarios, datos extraoficiales muestran que las empresas que tributaban en 2014 sumaban 151.134 y al año siguiente bajaron a solo 93.394 y el temor es que hayan pasado al sector informal. Sin embargo, el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) niega que se hubiera dado el referido ‘éxodo’ hacia la informalidad y, más bien, reporta un crecimiento en el padrón de contribuyentes en 2015.
Si existen las “metas” a las que alude el vicepresidente, quiere decir que el SIN está forzado a llegar a algunos montos que, al no obtener recaudaciones proyectadas, seguramente son complementados con multas. Es muy positivo que el presidente Morales haya anunciado que pedirá un informe sobre esta situación. Es cierto, a nadie le gusta pagar impuestos, en ninguna parte del mundo, pero si se han detectado “abusos”, como dice el jefe de Estado, será bueno que se los detecte y haya la intención de corregirlos. El peligro es que vaya creciendo el desánimo entre los contribuyentes por dos razones: porque se los presiona demasiado con cobros, clausuras y multas, y porque ven que el sector informal está libre de todo eso, sin pagar impuestos y gozando de todos los servicios que se financian con el cobro que se hace a los contribuyentes.
El presidente quizá tenga razón al apuntar a los “abusos” y el vicepresidente también, al señalar las “metas”. Lo cierto es que coinciden con muchos bolivianos deseosos de que se corrijan algunos excesos.
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